La expatriación requiere un gran esfuerzo de adaptación, y conlleva consecuencias psicológicas para el trabajador y su familia. Señalamos cuáles son estas repercusiones, y el modo correcto de afrontarlas.
Dificultades de la expatriación
Existen una serie de dificultades, presentes durante todo el periodo de expatriación, que condicionan el éxito o fracaso de la aventura emprendida por el trabajador.
- El conocimiento del idioma: factor determinante para integrarse; el estrés es mayor si el expatriado no tiene nociones de esa lengua y tiene que aprenderla in situ.
- Diferencias socioculturales: factores como la mentalidad, usos y costumbres, los valores morales, la religión y los códigos sociales, son determinantes en la aclimatación del expatriado. Cuanto mayor sea el desconocimiento de estos aspectos, más peso tendrán como contratiempo y factor estresante.
- Diferencias económicas: no es lo mismo ser expatriado en un país en vías de desarrollo, que trabajar en un lugar desarrollado a nivel socioeconómico. Ambos extremos afectan al trabajador, que debe adaptar sus esquemas mentales a un estatus hasta ahora desconocido.
Consecuencias psicológicas
Gran parte de los problemas psicológicos de la expatriación se derivan del esfuerzo por asimilar nuevas costumbres y normas sociales. Dicho esfuerzo será mayor o menor según el país en el que se encuentre el expatriado, así como la idiosincrasia que rija su vida social. El expatriado va a padecer una serie de problemas, cuya intensidad varía en función de lo bien que se aclimate a su nueva situación, así como de su preparación mental previa.
Cambios de humor, depresión, apatía y trastornos derivados del estrés (migrañas, insomnio, problemas digestivos) aparecen si la integración no es la correcta, por parte del expatriado. Si el expatriado no logra una buena integración, pueden surgir actitudes fóbicas que a su vez acentúen el retraimiento. Estos problemas (presentes durante todo el periodo de expatriación) ejercen una presión continua sobre el expatriado, cuya fortaleza mental decide hasta qué punto se ve afectado.
Consecuencias familiares
La integración de la pareja y los hijos puede resultar difícil, ya que carecen de las relaciones e interacciones que sí va a tener el expatriado en su trabajo. Los familiares que acompañen al expatriado también se van a ver expuestos a problemas psicológicos, como depresión, cambios de humor o tendencias fóbicas. Todo ello se puede ver acentuado, debido a la sensación de mayor aislamiento que pueden sentir la pareja y los hijos.
En el caso de los hijos, una falta de aclimatación previa puede derivar en que su aclimatación no funcione, sobre todo si van a acudir a un nuevo centro de estudios. Los familiares en el país de origen también causan efectos de la expatriación. La falta de contacto con el expatriado da lugar al retraimiento, frialdad en las relaciones e incluso en sentimientos de rencor.
Cómo afrontar la expatriación en familia
La expatriación implica romper con el país natal, las raíces familiares y el idioma materno. Todo esto requiere una serie de reajustes mentales necesarios para afrontar las exigencias del nuevo contexto. Es necesario seguir una serie de consejos para conseguir afrontar el cambio.
- Preparación: antes de la expatriación se debe prever las posibles dificultades psicológicas. Conocer las costumbres, hábitos e idioma del país del destino, permitirá subsanar los problemas y desarrollar la aclimatación.
- Integración: los esfuerzos por integrarse del expatriado (y de su familia), varían de acuerdo a la rigidez de las normas socioeconómicas locales. Pese a esto, la aceptación de estos cambios deriva en una correcta aclimatación.
- Aceptación: religión, costumbres sociales, hábitos inusuales… El expatriado no tiene que integrar en su vida todos estos aspectos. En cambio, aceptarlos como normales y respetarlos hará mucho más sencilla su adaptación.
- Formación: hay que dejar claras las consecuencias de la expatriación, sobre todo a los hijos, y a los familiares que dejamos en el país de origen. Se debe explicar que la expatriación es una oportunidad de mejora, de crecimiento personal al desarrollar nuevas habilidades y conocer otra cultura.
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